Hay muchos tipos de acero, y no hablamos de Superman
Seguro que a más de uno le suenan términos como acero corrugado o acero galvanizado. Probablemente le suenen a swahili pero alguna vez los ha escuchado. Sin más afán que adquirir un poquito de cultura general vamos a dedicarle unos instantes a hablar de los tipos de acero (en el artículo recomendado podréis ampliar la información sobre todos y cada uno de ellos) y nos detendremos también unos instantes en un aspecto de crucial importancia hoy en día: el reciclaje del acero.
Lo primero que hay que recordar es que el acero es una aleación de hierro y carbono. Pero eso como definición genérica. El hierro indefectiblemente lo vamos a encontrar siempre y el carbono casi siempre, pero el tipo de acero resultante va a depender de los metales que formen parte de la aleación. Cada tipo de acero tendrá, en función de sus componentes diferentes valores de resistencia y durabilidad. Así, por ejemplo, el acero corrugado es un acero laminado compuesto por hierro y carbono; se utiliza mucho en construcción junto al hormigón armado. Otro de los más nombrados, el acero galvanizado, es una aleación de hierro con carbono y procesado con zinc. Y seguro que más de un lector se está preguntando cuál es la composición de uno de los aceros más presentes en nuestras casas: el acero inoxidable, que está compuesto de cromo, hierro y carbono. Pero hay muchos más tipos de acero, cada uno con su composición, aunque algunos los que estamos a pie de calle nunca los hayamos oído nombrar, como el acero negro, el acero intemperizado, el acero corten, acero efervescente o acero estirado en frío. No es el objetivo de este breve artículo extendernos más, así que os emplazamos a descubrir más información en los enlaces propuestos.
Hemos comentado que el reciclaje es más importante que nunca. En realidad siempre ha sido importante, pero ahora, por fortuna, hay más concienciación al respecto. Donde antes había un difuminado concepto de chatarra, en el que con suerte se aprovechaba alguna pieza en concreto. Ahora hay una primera fase ineludible que es la de clasificación para separar los diferentes materiales. Capítulo aparte merecen los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que cuentan con puntos específicos de recogida y tratamiento. Mediante el uso de imanes se separa el hierro y el acero del resto de los materiales. En el caso del acero lo más interesante es que hablamos de un material que se puede reciclar de forma ilimitada y al 100% manteniendo todas sus propiedades intactas. De su reciclaje podremos obtener, variando el proceso, cualquiera de las aleaciones que hemos citado antes. Es un material perfecto para entrar en un bucle de economía circular, lo que favorece la sostenibilidad y reduce la huella de carbono.