Concurso de cálculo sin calculadora y un poquito de historia matemática
Escribo estas líneas pensando en todos aquellos padres y madres que tienen hijos en edad escolar y que mantienen día a día una brega sin fin con el tema de los deberes y las tareas escolares. Cada persona tiene su talón de Aquiles, podemos chocar con una u otra disciplina, peor no cabe duda de que una de las asignaturas que hace cada día sudar tinta a miles de alumnos son las matemáticas que, por una razón u otra, es una materia que se le atraviesa a muchísimos estudiantes.
En muchos casos los padres y madres tendrán que asumir que sus hijos van a necesitar algún tipo de refuerzo en forma de clases adicionales o tutorías, y ahora hay muchas y nuevas alternativas, ya que se pueden aprender matemáticas online. Pero esto no es óbice para que nos estrujemos las meninges buscando nuevas formas de echar a nuestros hijos. Una forma de estimular una sana competitividad, a la vez que conseguimos que estudien matemáticas, aunque sea si darse cuenta, es organizar un concurso de cálculo, por supuesto, sin el uso de calculadora, entre nuestros hijos y su grupo de amigos.
Una de las pruebas que se les puede pedir resolver, aunque dependerá de la edad de los alumnos, claro, es cómo calcular el área de un triángulo, (haga clic aquí si usted mismo no tiene claro cómo resolver esta cuestión). Si ya están familiarizados con las leyes de los exponentes, porque han estudiado las potencias, tal vez les puedas exigir la resolución de prueban un poquito más complejas.
Otra cosa que, al menos en mi caso, intento hacer, es despertar su curiosidad sobre algunas anécdotas históricas del mundo de las matemáticas, relacionadas a ser posible con aplicaciones prácticas de esta ciencia. Una historia que mí me gusta mucho es la de Erastótenes, matemático y geógrafo griego que fue el primero en calcular la circunferencia de la Tierra, y lo hizo gracias a su ingenio y a las matemáticas, y lo logró además con una precisión asombrosa para los medios usados. A Erastótenes de Cirene le llegó la información de que en la ciudad de Siena, (es la actual ciudad egipcia de Asuan) había un momento durante el solsticio de verano, al mediodía, en el que los rayos del sol caían perpendiculares sobre la Tierra. Si en ese momento colocas un palo de forma vertical sobre el suelo, no produce sombra alguna. También sabía, o se encargó de averiguar, que en el mismo instante y en la ciudad de Alejandría, la luz solar incidía con una inclinación de 7 grados, algo que se puede constatar midiendo la sombra de otro palo. Con ese dato, el de la distancia entre las dos ciudades, y teniendo siempre claro que la Tierra es redonda, Erastótenes calculó una longitud de circunferencia de 39.375 km, que es tan solo ligeramente inferior a la real. Este es el poder de las matemáticas y de la ciencia, ¿no es asombroso? Pues esta es la idea que habría que intentar transmitir a los niños.